lunes, 4 de octubre de 2010

Es posible que ya no te fijes
en los cuentos que te cuenta el mundo
no hace más que respirar.

Es posible que tus ojos
ya no emitan esa luz
que enceguecía hace algún tiempo atrás.

Ya se fueron todos de la casa,
y la mañana envuelve todo, todo, en un profundo azul.
La verdad se enciende sola,
es una flor en el silencio
que quema de luz la habitación.


Yo quisiera hablar pero lo que doy
es un hombre viendo al norte solo y loco hacia el sur.
Tengo que confiar, saber esperar,
tengo que respirar, es un panic attack
y sacarme de una vez esta cruz.

La vida son los círculos,
los círculos dan vuelta y los círculos se van.
Cuando yo creí que estaba todo bien
en realidad estaba haciendo todo exactamente mal.


No es tan grave en verdad.
Las cosas van moviéndose y se mueven
a la larga porque sí.
Y si hoy ese perfume es el de la soledad,
si no confiás, no vas a ser feliz.


Y me haces hablar.
A veces es mejor quedarse quieto
con el trago en la mano en un rincón.
Ya nos veremos en algún lugar,
en alguna fiesta, en cualquier ciudad,

cuando me hables con
el corazón.

Es tu vida, no se puede tocar,
es una caja preciosa no se puede tocar,
tendrías que saber quién soy.
Oh, confiá nena confiá, soy todo lo que quieras,
también tu suplicio y tu luz.

A vos te gusta la mañana, a mí la luna re borracha,
bancátela, va ser siempre así.
No te vendría mal saber que yo
no quiero hacerte daño y ya dejar de sufrir.

Y si me buscas.
Vos sos tan incierta, yo también, y nadie sabe nada
y quién a quién vino a buscar.

Oh, tell my heart, decímelo, contámelo,
probame que lo hiciste mal, es una posibilidad.

Y todo lo que no contás es todo lo que alguna vez
con toda mi alma voy a confiar.

Lo que pasó fue para bien, no lo trates de entender,
sabés que ya no hay vuelta atrás, tuvimos la oportunidad.

Y si algo aprendimos en el mundo,
es que el mejor momento aún no vino,
está por llegar.
Confiá.

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