martes, 26 de octubre de 2010

26

Las calles parecen imágenes sin movimiento. Y las noches son más frías de lo normal. No son más de dos los que hablan, y hay uno que llora. La luna se encuentra con el sol de casualidad, y el cielo se torna gris, y transforma mi vida, volviéndola grisácea ante mis ojos.
Las cosas van perdiendo su color, las sonrisas se sienten desdibujadas, las lágrimas no encuentran dónde caer, todo porque las cosas van perdiendo su color.
Y mi corazón, entre tanto, busca qué ponerse para poder combinar con el gris. Abre los cajones, el primero, y no encuentra nada. El segundo estaba desordenado, y no vio nada por encima que le gustara. El tercero, tenía toda la ropa doblada, separada por colores. Y por más de que tenía una gran variedad, a él le gustaba el rojo. Porque siempre lo había acompañado, porque lo acompaña y lo va a seguir acompañando.
Entonces, tomó una camiseta roja, de un color muy vivo, y se la puso. Ya no le importaba que combinara con el gris, porque sentía que combinaba con él, y eso era suficiente.
Mi corazón hoy siente que está rodeado de colores ♥

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