jueves, 11 de febrero de 2010

Ayer me reía del amor, del café y de dormir.

Hoy, me río del amor y de dormir.

(Pd: se me terminó el café.)

miércoles, 10 de febrero de 2010

Melodía simple

Si queres mi vida te la puedo regalar,
es tan maravilloso lo que sos.
No quisiera que cambies, no hace falta para mi
nada está mal en vos.

Tomá confianza niña, que me das mucha paz
y ahora te veo mejor.
Cuando te conoci no sabía de qué hablar,
el que tenía miedo era yo.

Algo demasiado grande está creciendo en mi pecho,
ésta melodía es simple y eso me hace feliz.
Y no había sentido esto desde que era muy chico,
vos sabes que había algo roto
y por eso entraste aquí.

Si queres mi vida te la puedo regalar,
es tan maravilloso lo que sos.
No quisiera que cambies, no hace falta para mi
nada está mal en vos.

Algo demasiado grande está creciendo en mi pecho,
ésta melodía es simple y eso me hace feliz.
Y no había sentido esto desde que era muy chico,
vos sabes que había algo roto
y por eso entraste aquí.

Y ahora que aprendí a callarme mi amor,
me pedís que hable otra vez.
Pero yo quiero escucharte a vos,
lo que decís me hace bien.

(o al menos, me hacía bien)

martes, 9 de febrero de 2010

Tiempo.

Es increíble como un día de tanto sol, puede ser tan oscuro y frío. O como unas cuantas letras de unas cuantas canciones, pueden parecer escritas por y para vos.
Inevitablemente el día se hizo noche. Y estoy sola, y tengo miedo.
Inevitablemente sé cuándo te fuiste, pero no cuándo vas a volver (si es que lo haces).
Sinceramente, no creo que mi vida carezca de sentido por tu ausencia.
Pero sí creo, que yo carezco de sentido sin vos.
Todavía no estoy lista para conjugar en pasado el verbo amar.
Con vos siempre tuve otra manera de hablar, y recuerdo que ese verbo solamente aprendí a conjugarlo en dos tiempos: presente y futuro, hoy y mañana.
Ayer te tenía, todavía eras mía, todavía te sentía. Hoy ya no te tengo, siento que todavía sos mía, pero dudo de a quién perteneces. Hoy sólo siento una distancia, un quiebre, una ruptura, y una mueca de un adiós.
Soy tan poco que no soy nada. Pero con vos, era poco y me sentía todo.
Siempre cambiaste las cosas en mi, diste vuelta mi mundo con sólo una sonrisa.
Vos hacías que mi reloj dejara de andar. Vos me robabas el tiempo, y lo devolvías convirtiéndolo en maravilloso. Y por instantes, mi tiempo no tenía ni horas ni minutos, sino "te quiero's" y "te amo's" que esperaban ser dichos y escuchados.
Fuiste mi mejor logro, y más adelante (en realidad, desde un primer momento), mi octava maravilla del mundo.
Rompiste mis estructuras, me desequilibraste.
Me hiciste sentir viva otra vez.
Y ahora...
Ahora "ya está", ¿no?
Ahora ya está.

domingo, 7 de febrero de 2010

Es imposible que yo entienda, cómo la gente cuando alguien le pregunta "¿Qué es el vacío?", contesten que nada.

La nada, ¿crece?
Resulta que, a veces, estar solo también pasa a ser una especie de necesidad. Uno quiere estar acompañado, hasta que descubre que la soledad no es tan mala acompañante. Es cuestión de aprender a disfrutar, el tan simple pero no tan simple hecho, de estar solo.
Muchas veces, pensar en voz alta, es mejor que hablar con alguien más. Cuando uno habla, inconscientemente está esperando una voz o una persona, que responda automáticamente. Y si no responde, se espera que actúe, o que haga ALGO.
Pero, ¿qué pasa cuando pensas en voz alta? La única persona capaz de responder, física y lógicamente, sos vos. Y olvidate de que haya alguien más, ¿eh?
Porque solamente, estás vos.

Pd: (suelen haber casos en que estás como ausente, y ahí directamente, no hay NADIE).

miércoles, 3 de febrero de 2010

Acá solía descargarme.