jueves, 30 de septiembre de 2010

Si la esmeralda se opacara,
si el oro perdiera su color,
entonces,
se acabaría
nuestro amor.


Si el sol no calentara,
si la luna no existiera,
entonces,
no tendría
sentido
vivir en esta tierra
como
tampoco tendría sentido
vivir sin mi vida,

la mujer de mis sueños,
la que me da la alegría...

Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría,
jamás morirías,
tampoco nuestro amor...

Pero el tiempo no es necesario.
Nuestro amor es eterno,
no necesitamos del sol,
de la luna o los astros
para seguir amándonos...

Si la vida fuera otra
y la muerte llegase,
entonces te amaría
hoy, mañana,
por siempre...
todavía.

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