miércoles, 23 de junio de 2010

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"Por y para siempre" eran las palabras que tanto le gustaban cuando no tenía idea. Sí, cuando no tenía idea. Ella no siempre supo lo que significaban, más allá de la sintaxis que las componen, ¿no? "Suenan bonitas", solía decir, algunas veces.
Sin embargo, el tiempo fue pasando, y cada vez que las escuchaba, les encontraba un sentido y un significado diferente. Por y para siempre, de repente, no eran palabras desconocidas para ella. Una vez las escuchó, e iban dirigidas hacia su persona. Y no supo hacer oídos sordos. Y no pudo mirar para otro lado. Y no pudo no cruzar su mirada con unos ojos color negro, color marrón, color color... color que para ella, era cielo. No celeste; cielo.
"Quiero que estemos por y para siempre". Sí, esas fueron las palabras que escuchó. ¿O que creyó escuchar? ¿O que quiso que le dijeran? No, las escuchó. Y las vió. Porque no solamente las palabras hablaron. Porque no solamente sus manos gesticularon.
¡Creo que nunca en su vida había visto unos ojos que hablaran tanto!

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