lunes, 21 de junio de 2010

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Era una predicción tan típica. Tan normal, tan predecible. Que no lo era.
Cuando dos personas se aman, se corresponden, se entienden: se lastiman. Por más bien que se puedan hacer las cosas, siempre se lastiman. El amor es así. A veces te hace feliz, y otras veces directamente no te hace. Sin duda estuvo hecha, pero ahora está demolida esperando una nueva construcción.
De todas las cosas que pudo haber hecho, la mejor fue enamorarse. Fue darse cuenta de que todas las películas no siempre eran solamente ficción, sino que había un toque de realidad entremezclada. (Solía comparar su vida con las películas de amor, y pensaba que nunca iba a poder experimentar una situación parecida, que eso "solamente pasaba en las películas")
Nunca tuvo buena suerte en el amor. La mayor parte de sus relaciones habían fracasado, y como era de suponerse, había sufrido más de lo que esperaba. A esa altura, casi siempre, las personas suelen dejar al amor en espera. Es algo normal, típico. Pero ella no era así, era diferente.
Ella quería sentirse viva.

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