viernes, 14 de agosto de 2009

Quiero caminar de tu mano, sentir tal vez, esa seguridad que vos me das.
Quiero hacerte sonreír, y capturar con mis ojos esa sonrisa como una fotografía.
Quiero sentirte, y tratar de entender lo que sentís, y sentirlo también.
Quiero abrazarte, de tal manera que pueda retenerte, y así no dejarte ir.
Quiero hablarte, comprenderte, y que notes que podes confiar en mi.
Quiero vendarte los ojos, y guiarte hasta un lugar que sólo conoces por nombre, pero al que nunca fuiste.
Quiero sostenerte en todo momento que creas caer, y que veas que te podes respaldar en mi.
Quiero ser tu amiga, tu compañera de camino, quién te quiera y vos quieras, con quién compartas más de un “te quiero”, más de una palabra, y más de un adiós.
Pero no quiero que me sueltas y yo pierda mi rumbo.
No quiero que seas culpable de las lágrimas que caen sin que vos lo sepas.
No quiero sentirte y que vos ni siquiera sientas.
No quiero que tus brazos me rodeen, y que sientas que te queres ir, y poder percibirlo.
No quiero desperdiciar palabras y que me generes desconfianza en las tuyas.
No quiero que me acompañes a un lugar dónde sufrir sería el objetivo principal.
No quiero que me tires al suelo, porque me cuesta mucho levantarme.
Ni tampoco quiero, bajo ninguna circunstancia, que finjas amor cuando no lo sentís. Las palabras son menos dolorosas si se dicen junto con la verdad. No soy amiga de las mentiras, y no pienso entablar una amistad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario