domingo, 14 de noviembre de 2010

Philip Morris

Hoy me toca fumarte.
Fumar tu recuerdo,
tu sonrisa,
tu voz,
tus palabras.
Ver como te desvaneces
entre humo y aire,
ver como desapareces
sin dejar cenizas.
Hoy me toca fumarte.
Y entre tanto te recuerdo,
te siento,
te huelo,
te hablo,
y dejo que avances un poco más,
cerca del corazón,
dentro de mis pulmones.
Vas a consumirme sin consumirte.
Vas a seguir haciéndome adicta a tu cuerpo,
que no es más que un vicio,
que no es más que algo que aparece y desaparece,
en apróximadamente tres minutos.
O quizás menos. O quizás más.
Voy a dejar que me consumas,
y que te instales.
Voy a fumarte, porque hoy me toca.
Y en mi caja de Philip Morris,
sólo queda un Lucky Strike.

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