martes, 21 de julio de 2009

Amor geométrico.-

Besos compartidos. De esos sí que hay mucho para decir. ¿Compartir besos es lo mismo que compartir amor? A veces sí, y a veces no. Pero ¿cómo se hace para saber si el amor se divide en dos, y después se vuelve una ecuación distributiva? ¿O como tener la certeza de que no se suma otro amor, ni se resta, y solamente queda el “1+1=2”? A RRI ES GAN DO, haciendo cuentas por doquier, tal vez con números que nunca existieron, o que simplemente imaginamos (hasta solemos inventar fórmulas incoherentes para calcular cosas relacionadas al amor). Y podría decirse que ese es nuestro error principal. El amor no es matemático, por un motivo muy sencillo. La matemática es sinónimo de exactitud. Podemos dividir, multiplicar, y siempre vamos a llegar a una respuesta conllevada por un número exacto. El amor puede verse relacionado con la geometría. Por ejemplo, puede dibujarse en forma de círculo (como cuando decimos que es un círculo vicioso), o también en forma de un triángulo (dos está bien, pero tres es multitud). Siendo metafóricos, podemos verlo como figuras geométricas. Pero hay una cuenta en la matemática que es muy simple, y sin embargo en el amor no siempre es exacta. ¿Cuántas veces nos pasó que la famosa suma “1+1” no siempre nos dio “2”?

No hay comentarios:

Publicar un comentario