miércoles, 14 de octubre de 2009

Te quiero.

Te quiero.
Te quiero de una manera inexplicable.
De una forma inconfesable.
De un modo contradictorio.
Te quiero.
Con mis estados de ánimo que son muchos,
y cambian de humor continuamente.
Por lo que ya sabes,
El tiempo.
La vida.
La muerte.

Te quiero.
Con el mundo que no entiendo.
Con la gente que no comprende.
Con la ambivalencia de mi alma.
Con la incoherencia de mis actos,
Con la fatalidad del destino.
Con la conspiración del deseo.
Con la ambigüedad de los hechos.
Aún cuando te digo que no te quiero, te quiero.
Hasta cuando te engaño, no te engaño.
En el fondo, llevo a cabo un plan,
para quererte... mejor.
Pues, aunque no lo creas,
mi piel
extraña enormemente

la ausencia de tu piel.

Te quiero.
Sin reflexionar, inconscientemente,
irresponsablemente,
espontáneamente,
involuntariamente,
por instinto,
por impulso,
irracionalmente.
En efecto no tengo argumentos lógicos,
ni siquiera improvisados
para fundamentar este amor que siento por vos,
que surgió misteriosamente de la nada,
que no ha resuelto mágicamente nada,
y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada
ha mejorado lo peor de mi.

Te quiero.
Te quiero con un cuerpo que no piensa,
con un corazón que no razona,
con una cabeza que no coordina.
Te quiero.
Incomprensiblemente.
Sin preguntarme, por qué te quiero.
Sin importarme por qué te quiero.
Sin cuestionarme por qué te quiero.
Te quiero.
Sencillamente
porque te quiero.
Yo misma no sé por qué te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario