Creí que era adicta a los
“vicios” que en esta sociedad catalogan como tales, pero me di cuenta que
jamás había conocido la adicción. Están los que dicen que
los vicios te enferman, tanto física como mentalmente,
y que traerán como consecuencia
un posterior dolor, nombre a criterio, pero dolor en fin. También dicen que
con el tiempo tu cuerpo se deteriora, y las habilidades físicas disminuyen.
Esas son algunas de las consecuencias que ellos creen que “los vicios” dejan en nosotros. Pero es sólo por ver el lado malo de las cosas.
Yo descubrí que a los químicos no soy adicta, pero que tengo tal vez, una
peor adicción. Si,
soy adicta a los besos. Mejor dicho, a sus besos.
Y a medida que su amor va incorporándose en mi cuerpo,
una nueva adicción forma parte de mí. Sin embargo, aunque no conozco el amor en su totalidad, he llegado a la conclusión, de que
soy adicta a su persona,
a todo lo que la compone,
a todo lo que dice y a todo lo que calla.
Sí, me volví una adicta al amor, a su amor.
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